- ¿QUÉ DICES? - Chillé debido a la emoción de la noticia que acababa de darme. - Vamos, vamos, vamos, vamos, necesito verle. - Añadí, bajando de la cama. Me vestí a las apuradas, es más, terminé de colocarme las botas en el auto. Llegamos rapidísimo debido a que le grite al chofer de Brendon unas 10 veces. Pregunté por la habitación de mi hermana y corrí hacía ella, había comprado unas flores y chocolates para darle. La abracé, dejando las cosas sobre sus piernas, ella me besó las mejillas unas millones de veces. - ¡Estás bien!, demasiado rubia, pero bien. - Añadí con diversión. La mirada de mi hermana no pudo evitar irse hacía mi acompañante: Brendon. - es una larga historia...te la contaré otro día.. -